La motocicleta de mis sueños: un viaje de nostalgia y descubrimiento

La motocicleta de mis sueños hizo 40,000 km en la turba

A veces, leer lo correcto te enciende el motor interior.

La historia de Mario Ciaccia nos lleva a un viaje nostálgico por su pasión por las motocicletas desde sus inicios en la década de 1980. Desde sus sueños adolescentes de poseer una potente Honda CBX 1000 de seis cilindros hasta su descubrimiento de la BMW R 100 RS, su trayectoria revela una evolución en su perspectiva sobre las motos de viaje. Mario comparte cómo, al principio, pensaba que la cantidad de cilindros y caballos de potencia eran fundamentales para disfrutar de una buena experiencia de viaje. Sin embargo, su opinión cambió drásticamente cuando descubrió las virtudes de las motocicletas de menor cilindrada, como la Honda XL 500, que demostraron ser más versátiles y eficaces. Su pasión se afianzó aún más cuando se encontró con la XL 250 y la XL 200R, modelos que comenzaron su andadura en el mundo del enduro y la aventura.

En un giro emocional, Mario revela su arrepentimiento por no haber adquirido el modelo que realmente deseaba en su juventud, el XL 250, y cómo esa decisión le ha perseguido durante años. La narrativa se desplaza a su vida actual, donde, como padre, revive la experiencia de enviar a su propio hijo a hacer estudios en el extranjero. Durante este viaje, Mario experimenta un incidente curioso con su moto Yamaha Ténéré, que casi termina en desastre cuando una de las bolsas se incendió debido a un accidente inesperado. A pesar del susto, logra manejar la situación y continuar su viaje.

El relato culmina en una visita a Irlanda, donde Mario descubre un XL 250S en la granja de un hombre llamado Brendon, quien utiliza la motocicleta para transportar turba, un combustible tradicional en el país. Brendon ha recorrido casi 40,000 km en su moto, sin haber cambiado ninguna pieza importante, lo que sorprende a Mario y reafirma su amor por el modelo que tanto deseaba. Esta historia es un recordatorio de que a veces, las decisiones que tomamos en nuestra juventud pueden dejarnos con un sentimiento de nostalgia y arrepentimiento, y que, a pesar de los años, la pasión por las motos sigue viva.

Deja una respuesta

Subir