Aventura en moto: Ruta de los Cuatro Reinos en España
Entre aceite y gasolina, encontré este artículo.
La 'Ruta de los Cuatro Reinos' se presenta como una emocionante travesía a través de los límites de Aragón, Castilla León, La Rioja y Navarra, ofreciendo a los moteros la oportunidad de disfrutar de un recorrido pintoresco. A medida que las restricciones por la pandemia complican los viajes, la autora comparte su experiencia en esta escapada motera, poniendo énfasis en lo valioso que se vuelve disfrutar de un camino que antes era cotidiano.
La ruta comienza en Utebo, dirección Logroño, y se desvía hacia Borja, donde se encuentra un castillo que evoca leyendas de Bécquer. A pesar de no detenerse en Borja, la autora señala su impacto visual. Continuando hacia Tarazona, se aprecia su monumentalidad desde la carretera. Al poco tiempo, se llega a un pequeño puerto de montaña, donde se toma un desvío hacia Valverde, un pueblo que curiosamente se divide entre Aragón y La Rioja. Esta peculiaridad geográfica fascina, donde una casa puede tener partes en ambas comunidades.
Valverde es un lugar pintoresco, y la autora destaca un mojón que marca el encuentro entre La Rioja, Navarra y Zaragoza, acompañado de una leyenda sobre reyes históricos. La travesía continúa hacia Soria, con una parada en Matalebreras, un pueblo tranquilo que ofrece un vistazo a la historia con su miliario y calzada romana, así como a los lavaderos tradicionales que aún conservan su esencia.
La autora también menciona las ruinas de castillos y torreones de vigilancia que jalonan el camino, brindando un toque histórico al recorrido. En su trayecto, descubre Valdelavilla, una aldea recuperada como centro de turismo rural, e información sobre su participación en la serie ‘El pueblo’. San Pedro Manrique es otro punto de interés, famoso por su celebración del paso del fuego, donde los jóvenes caminan descalzos sobre ascuas ardientes.
A medida que la ruta avanza, se mencionan otros pueblos encantadores, como Yanguas con su puente romano, y Arnedillo, conocido por sus pozas de agua caliente de origen romano, donde es posible disfrutar de un baño incluso en invierno. Finalmente, la travesía culmina en un bello paisaje al llegar a Autol, donde la autora se detiene a disfrutar de un bocata antes de regresar a casa. A lo largo de sus 382 kilómetros, la ruta ofrece un viaje sereno y placentero, subrayando la importancia de la precaución ante las condiciones de las carreteras y la fauna local.
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