Viajar en moto con niños: la experiencia de una familia motera

El artículo narra la experiencia de una familia motera que ha sabido compaginar su pasión por las motos con la crianza de su hija, Leeah. La autora, quien empezó a andar en bicicleta de tierra junto a su esposo Mark, involucró a su hija en sus aventuras desde pequeña. A través de diversas experiencias, como montar en Baja California y realizar viajes más largos tras obtener licencias de conducir, la familia ha vivido memorables momentos sobre dos ruedas.

Uno de sus primeros grandes viajes fue hasta Point Roberts, Washington, donde Leeah, a los once años, asumió responsabilidades como montar la tienda y ayudar con la navegación. Esto les permitió disfrutar de la naturaleza y hacer paradas divertidas, como tomar helados. A medida que Leeah fue creciendo, la familia decidió llevarla a un viaje de dos meses a Panamá, donde tuvo el rol de traductora y organizadora, manejando el dinero y eligiendo paradas, mientras también mantenía un diario de sus experiencias.

El viaje a Panamá estuvo lleno de momentos inolvidables, como explorar ruinas mayas y disfrutar de la belleza natural de Costa Rica y Guatemala. La autora destaca cómo, a pesar de los retos de viajar con menor espacio de equipaje, la familia logró disfrutar de su viaje, incluso sacrificando espacio para libros para que Leeah pudiera llevar sus lecturas.

Ahora que Leeah está en la universidad, la autora reflexiona sobre la importancia de viajar en motociclismo en familia y lo recomendaría a otros, enfatizando que es un vínculo que trasciende las generaciones. Las vivencias únicas y la alegría de la aventura son aspectos que siempre recordarán y que, a pesar de los cambios, les unen como familia motera.